Cuando en el S. XV, la Dama sustituye a una pieza llamada “alferza”, es cuando el ajedrez gana en espectacularidad. Dice la leyenda que esto ocurrió en España, bajo el reinado de Alfonso X el Sabio. De aquí se exportaría al resto de Europa. Puede ser éste, o pueden ser otros los motivos que nos hayan dado pie a dedicarle un pequeño gran homenaje entre nuestros diseños. Tanto si nos gusta como si no, lo que es indudable es que el juego es deliciosa y aritméticamente decorativo. El tablero, las piezas, juntos o por separado. Proponemos el estilo más clásico con piezas casi homologadas y otro extraordinariamente original de trazos persas en honor a uno de sus posibles orígenes. Y pese a que “la ley” nos obliga a sugerirte los colores blancos y negros, el mundo del diseño se torna maravilloso para convertir un juego centenario de guerra en un elemento decorativo y por ende, del color que necesite tu estancia y tu alma...
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